"Quedamos huérfanas y mutiladas afectivamente para siempre. A nuestros asesinados padres se les privó del derecho de ejercer como abuelos de nuestros hijos y a estos últimos del privilegio que por regla general todo nieto tiene", señala la demanda civil de Sofía, Angélica y Cecilia Prats Cuthbert.
miércoles, 30 de marzo de 2011
Hijas del general Prats demandan al Estado chileno por 15 millones de dólares
"Quedamos huérfanas y mutiladas afectivamente para siempre. A nuestros asesinados padres se les privó del derecho de ejercer como abuelos de nuestros hijos y a estos últimos del privilegio que por regla general todo nieto tiene", señala la demanda civil de Sofía, Angélica y Cecilia Prats Cuthbert.
viernes, 25 de marzo de 2011
Actos 80 Conmemoración II República en Madrid
Sábado 9 abril
Agrupación Ateneísta Juan Negrín,
en colaboración con la Plataforma Estatal de Ciudadanos por la República y la asociación Unidad Cívica por la República (UCR).
Intervienen:
Paulino García Partida,
Pedro García Bilbao,
Ludivina García Arias y
Miguel Pastrana.
Salón de Actos.
12.30 horas.C/ Prado, 21
28014 Madrid
http://www.ateneodemadrid.com/
Plano para llegar:
http://maps.google.es/maps/
Asociación de familiares y amigos de víctimas del franquismo en Madrid
Homenaje anual a las víctimas de la represión franquista en Madrid
sábado 16 de abril
12:00Tapia del Cementerio del Este de Madrid.
Cementerio de la Almudena
http://www.memoriaylibertad.
Plano de acceso al Cementerio de la Almudena
EMT LÍNEA. 110 PZA.M.BECERRA-ALMUDENA-ELIPA. 210 PZA.M.BECERRA-ALMUDENA-ELIPA. 113 MENDEZ ALVARO-BARRIO QUINTANA
Plano de acceso a la Fundación Julián BesteiroMetro: Líneas: 7 Parque de Las Avenidas; 6,4 y 5 Diego de León
2 y 5 Ventas. Autobuses EMT 43 y 48
miércoles, 23 de marzo de 2011
TRIBUNA: ARIEL DORFMAN - Obama y el dolor de Chile
ARIEL DORFMAN 19/03/2011
Cuando Barack Obama desembarque en Chile el próximo lunes en una visita de 24 horas, algo crucial va a faltar en su agenda. Habrá mariscos suculentos y discursos que elogien la prosperidad de Chile, acuerdos bilaterales y encuentros con los poderosos y los pomposos, pero no hay planes, sin duda, de que el presidente de Estados Unidos tome contacto con lo que fue la experiencia fundamental de la reciente historia chilena, el trauma que el pueblo de mi país padeció durante los casi 17 años del régimen del general Augusto Pinochet.
Y, sin embargo, no sería imposible que Obama se asomara a una pequeña muestra de lo que fue la aflicción de Chile. A escasas cuadras del Palacio Presidencial de La Moneda, donde ha de ser agasajado por Sebastián Piñera, 120 investigadores se dedican asiduamente a recoger una lista definitiva de las víctimas de Pinochet para que se les pueda hacer alguna forma de reparación. Este es el tercer intento, desde que terminó la dictadura en 1990, de afrontar las pérdidas masivas que ocasionó. Dos comisiones establecidas oficialmente ya habían escrutado una inmensa cantidad de casos de tortura, ejecuciones y prisión política, pero se fue haciendo claro, según pasaban los años, que innumerables abusos de derechos humanos seguían sin identificarse. Y, de hecho, la indagación corriente ha recibido 33.000 solicitudes adicionales, horrores que todavía no habían sido registrados.
Aunque Obama no tiene derecho a leer ninguno de los informes confidenciales acerca de aquellos casos, unos minutos robados de su estricto calendario para hablar con algunos de los hombres y mujeres que llevan a cabo las pesquisas le informarían más sobre la escondida agonía de Chile que mil libros y reportajes.
Podría, por ejemplo, conversar con una investigadora llamada Tamara. El 11 de septiembre de 1973, el día en que Salvador Allende fue derrocado, el padre de Tamara, uno de los guardaespaldas de Allende, fue detenido, sin que jamás se supiera su paradero ulterior. Yo trabajaba en La Moneda en la época de la asonada militar y salvé la vida debido a una cadena de coincidencias milagrosas, pero el padre de Tamara no fue tan afortunado, como no lo fueron varios buenos amigos míos, cuyos cuerpos todavía están sin sepultura.
O podría Obama auscultar los ojos de un abogado que conozco, al que secuestraron una tarde y que fue torturado durante semanas antes de que lo dejaran una noche en una calle desconocida tan lejos de su hogar que fue inmediatamente arrestado de nuevo por romper el toque de queda. O por ahí Obama podría conversar con una antropóloga que tuvo que mar-charse al exilio durante 14 años, perdiendo su país, su profesión, su idioma, y cuyo retorno a Chile fue tan angustioso como el destierro original, puesto que sus hijos, a raíz de la prolongada ausencia del país donde nacieron, habían decidido permanecer en el extranjero, lo que significa que esa familia estará para siempre escindida.
O si el presidente Obama se siente más cómodo conociendo lugares en vez de seres humanos de carne y hueso, podría familiarizarse con Villa Grimaldi, una casa de tormentos donde ahora se yergue un centro para la paz, o ceder 10 minutos para visitar el Museo de la Memoria donde hay exhibiciones que denuncian el terrible pasado de Chile.
Una razón por la cual tiene sentido que Obama haga todo lo posible por vislumbrar, aunque fuera a través de un vidrio oscuro, nuestra vasta y devastadora pena, es que los norteamericanos fueron, en gran parte, responsables de aquella tragedia. Washington ayudó, alentó y financió la caída del Gobierno democráticamente elegido de Allende y la trayectoria dictatorial de Pinochet.
En un momento en que la revuelta en Egipto, como en tantos otros países que se sacuden el yugo autoritario, le recuerda al mundo las consecuencias de sostener a regímenes brutales, sería aleccionador para un presidente tan inteligente y compasivo como Obama ver, de cerca y en forma personal, algunos de los hombres y mujeres que han sido destruidos por esa política.
Y Chile también ofrece un ejemplo de lo difícil que es confrontar los crímenes contra la humanidad, cuán difícil y también cuán necesario. En mi país hemos aprendido que si nuestra comunidad, nuestro pueblo entero, no mira de frente el pasado aterrador y arrastra hasta la luz su pesadumbre, si los responsables no reciben castigo, corremos el riesgo de que se corrompa nuestra alma misma.
Es una lección que Obama y sus compatriotas deberían imponerse. Dos años después de su investidura, Guantánamo sigue abierta y no hay señal de que se proponga un enjuiciamiento de las violaciones de los derechos humanos bajo la Administración de Bush ni tampoco una insinuación de que se les pediría perdón a las víctimas. Una comisión norteamericana que tome como modelo la que se ha establecido en Santiago podría constituir un primer paso hacia un ajuste de cuentas que, como bien sabemos los chilenos, no debería postergarse en forma indefinida.
Por importante que fuera esa experiencia para Obama, hay otra que sería aún más significativa. Esa noche va a cenar en el mismo Palacio Presidencial donde murió hace muchos años Salvador Allende, en defensa del derecho de su pueblo a elegir su propio destino. Allende está enterrado en un cementerio no muy lejos de donde la élite del país va a estar brindando por la amistad eterna entre Chile y Estados Unidos. En 1965, durante un viaje notable a Chile, Bobby Kennedy se salió del escrupuloso protocolo que se le había armado y se encontró con mineros expoliados y estudiantes universitarios hostiles y se sumergió en los problemas del país para conocerlos, para preguntarse cómo llegar a su resolución. ¿Y si Obama decidiera seguir el ejemplo de Kennedy -su ídolo, Bobby Kennedy- y se saliera del guión para hacer algo sin precedentes como una visita a la tumba de Allende? ¿Si muy simplemente se parase en ese lugar, estuviese de pie ante los restos de quien fue, como él, un presidente elegido por su pueblo, si le dedicara un par de minutos solitarios?
No sería imprescindible que pidiera perdón o expresara remordimiento por la intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de Chile ni por haber sostenido a Pinochet durante tanto tiempo. Bastaría ese gesto sencillo. Ese homenaje a un presidente que entregó su vida luchando por la democracia y la justicia social mandaría un mensaje a América Latina, y de hecho a todo el planeta, que sería más elocuente que 50 discursos retóricos. Sería una señal de que quizás de veras sea posible una nueva era en las relaciones entre Estados Unidos y sus vecinos al sur del Río Bravo, de que el pasado tan amargo e injusto nunca más ha de volver, nunca, nunca más.

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martes, 15 de marzo de 2011
INVITACION
viernes, 4 de marzo de 2011
La Embajada chilena tacha de "falsas" las acusaciones hechas por IU y BNG contra el embajador
El BNG el reprocha su pasado 'pinochetista' e IU denuncia actividades "poco claras" de su familia
MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Embajada de Chile en Madrid ha negado las acusaciones vertidas contra el jefe de la legación diplomática, Sergio Romero Pizarro, en las últimas semanas tanto por Izquierda Unida como por el BNG por su vinculación con el régimen de Augusto Pinochet.
Fuentes de la Embajada han señalado a Europa Press que estas acusaciones son "en su contenido de una falsedad absoluta", si bien no quisieron entrar en mayores precisiones. La polémica se ha producido en vísperas de la visita que inicia este lunes a Madrid el presidente chileno, Sebastián Piñera.
La semana pasada el diputado de Izquierda Unida en el Congreso, Gaspar Llamazares, había pedido explicaciones al Gobierno por el embajador de Chile en España, sumándose así a la petición realizada semanas antes por el BNG, que había solicitado que se le retirara el plácet por su vinculación con el régimen de Pinochet.
En una iniciativa registrada en el Congreso y recogida por Europa Press, el portavoz parlamentario del BNG, Francisco Jorquera, recordó que el embajador chileno fue subsecretario de Agricultura durante la dictadura, entre otros "importantes puestos" ocupados en el régimen, y años después hizo una "encendida defensa" de Pinochet cuando el dictador fue detenido en Londres a instancias de la Justicia española. "Fue fiel al dictador hasta su muerte", sostiene el BNG.
Según sus datos, Romero Pizarro se opuso a cualquier intento de esclarecer las desapariciones, asesinatos y abusos, y siendo senador siguió "defendiendo los organismos represivos y torturadores del régimen dictatorial".
"Su currículum nada tiene que ver con el compromiso democrático ni con el respeto por las libertades y los derechos humanos, algo que el Gobierno debería tener presente en aras al respeto a los miles de chilenos que sufrieron la represión, la tortura o fueron víctimas de una dura dictadura", censura Jorquera.
ACUSACIÓN DE IU
Por su parte, Llamazares apuntó que al "amplio pasado pinochetista" del embajador se unen nuevos motivos para pedir su relevo, especialmente por actividades "muy poco claras" de sus familiares directos y la presencia en la embajada de personas vinculadas con los servicios de inteligencia naval del régimen.
Una de esas personas, según Llamazares, es el reservista de la marina chilena Cristián Pizarro Allard que ocupaba el cargo de agregado Cultural de Chile en España y sobre quien pesan indicios de corrupción en su país en relación con diversos contratos con la propia marina chilena, lo que le llevó a renunciar el pasado 28 de enero.
El diputado de IU pide saber si el Gobierno ha investigado "otro tipo de negociaciones prohibidas" a diplomáticos acreditados ante España por parte de miembros de la embajada de Chile en nuestro país o de sus familiares directos.
"¿Se han investigado o detectado negociaciones prohibidas por parte de familiares directos del embajador chileno en España durante el último año? --interroga--. ¿Tiene el Gobierno constancia de que familiares directos del Embajador Romero han obtenido la representación para Chile de empresas españolas durante el periodo en que dicho embajador se encuentra acreditado en España? ¿Las actividades empresariales del hijo del embajador tienen alguna relación directa con las misiones empresariales españolas que han visitado Chile en los últimos meses?".
En ese contexto, Llamazares pregunta si parte de estas actividades se han pretendido canalizar a través de la denominada Fundación España-Chile y en qué medida participa el Gobierno de esa creación o tiene control sobre las auténticas fuentes de financiación de la misma. "¿Sabe el ejecutivo si este tipo de actividades amparadas bajo el manto de la representación diplomática chilena pueden afectar al conjunto de las inversiones españolas en Chile?", concluye.ep latam