viernes, 29 de abril de 2011

Video de Ille/Têt - 17 de abril Fiesta de la República

Hemos recibido desde Francia un video de la conmemoración de la Républica emitido en las noticias.

Amigos de la Repùblica,
Aqui un video sobre la fiesta del 17 de abril en Ille/Têt…
El que no entienda el frances tambien comprendera lo grande que fué el acontecimiento…
Un abrazo y un saludo « tercerista »
Jose GONZALEZ


Jeudi 14 avril / Bègles - 80ème anniversaire de... por villedebegles

lunes, 25 de abril de 2011

Manifestación repudio al Embajador de Chile el 26 a las 19 Horas

La "Asoc. De Amistad Hispano Chilena Winnipeg", conjuntamente con la "Asoc. Vileta Parra" convocan a una
 
NUEVA FUNA A ROMERO
Martes, 26 de abril a las 19:00
Lugar:c/ LAGASCA 88, EMBAJADA DE CHILE EN ESPAÑA


El gobierno de Sebastián Piñera ha roto su palabra y cruzado el umbral de la decencia. Ha nombrado como embajador, con el consentimiento del gobierno de España, a quien fuese durante más de un lustro viceministro de Agricultura de Pinochet y público defensor del criminal dictador hasta el final de sus días, Sergio Romero Pizarro.
Hombre comprometido con la violación de los derechos humanos, los crímenes de lesa humanidad y la protección de torturadores. Defendió, siendo senador, a más datos, presidente del senado y vicepresidente del Partido Renovación Nacional, hasta el último momento a Paul Schäfer, nazi director de Colonia Dignidad, uno de los centros de tortura más temidos. para su vergüenza, Schäfer acabaría acusado y condenado por pederasta, demostrándose que en Colonia Dignidad se asesinó, violó e hizo desaparecer a decenas de ciudadanos durante los años negros del pinochetismo. Pero el actual embajador, se vanagloria de ello, diciendo que no oculta su currículum. Se siente protegido por el gobierno chileno y por el gobierno de España. Se jacta de poseer la Orden de Isabel la Católica como seña de su buena relación con el Reino y la Corona. Su hoja de servicios no es bicoca.
En los años de la Unidad Popular fue presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, organización patronal que mantuvo una actitud beligerante contra el gobierno de Salvador Allende. Fue vicepresidente de Radio Nacional de agricultura, emisora que se plegó al golpe y la desestabilización. Su expediente no atisba ni un ápice de cultura democrática. Por el contrario, todas y cada una de sus acciones han ido en sentido contrario. Por ello, su nombramiento, es un insulto a las víctimas y una falta de respeto a todos los chilenos que han luchado por la restauración de la democracia y las libertades.
Sebastián Piñera debe rectificar y el gobierno de España retirarle el plácet. No sería un hecho extraordinario. Los dos embajadores de Chile en Argentina y Brasil se han visto obligados a renunciar por tener las manos manchadas de sangre y los países anfitriones negarles su plácet. Es cuestión de dignidad, memoria histórica y justicia.
Escrito por  (*) Francisco José Pérez Esteban, Secretario de Derechos Humanos y Solidaridad de IU y Marcos Roitman Rosenmann, Sociólogo y profesor de la U. Complutense de Madrid

miércoles, 13 de abril de 2011

Las mujeres, víctimas

Las mujeres, víctimas ( El Periódico de Aragón - 12/04/2011 )

Paul Preston dice que hubo tras la guerra "un plan de exterminio"

Paul Preston dice que hubo tras la guerra "un plan de exterminio" ( El Periódico de Aragón - 12/04/2011 )

Holocausto es una palabra adherida en el imaginario colectivo al exterminio nazi. Sin embargo, el historiador británico Paul Preston no ha dudado en titular El holocausto español a su último libro, en el que repasa los crímenes que se cometieron durante la guerra civil y los primeros años de la dictadura. "Es la palabra que define mejor el sufrimiento que vivieron miles de inocentes en aquellos años", razonó ayer el autor en la presentación del voluminoso tomo (850 páginas) editado por Debate que aspira a ser el vademécum historiográfico de la barbarie que arrasó España entre 1936 y 1945.

En realidad su investigación arranca antes, en 1931, pues el autor ha querido prestar especial atención al origen del odio que puso en marcha aquella violencia. No es Preston de los que piensan que poner el foco sobre ese dolor signifique reabrir heridas. "Toda sociedad necesita conocer su pasado. Si se asume que aquello fue una tragedia para todos, la reconciliación es más fácil", afirma el historiador, quien no por esto cree que haya que confundir las distintas formas de violencia que se desataron en esos años. "La del bando republicano fue más espontánea. En el lado de los rebeldes la violencia estaba institucionalizada", puntualiza.

Para armar este dietario del horror, Preston se ha apoyado en todas las fuentes documentadas que hay sobre aquellos crímenes, muchas de las cuales corresponden al "ejército de historiadores locales" (así los definió) que supieron levantar acta de hechos silenciados por el régimen vencedor o ignorados por los propios corresponsales internacionales que cubrieron la contienda en ambos bandos.

Según su investigación, en la retaguardia republicana fueron asesinadas 50.000 personas y en la del lado rebelde unas 130.000. "Son solo estimaciones", advierte, a diferencia de los 20.000 españoles que, con toda certeza, se sabe que murieron en las cárceles tras la contienda. Preston cree que es inútil, por imposible, entrar en una guerra de cifras. En su opinión, a diferencia de otras confrontaciones civiles, aquí los vencedores no tuvieron voluntad de reconciliación. "Al contrario, había un plan de exterminio. Solo hay que leer los documentos del general Mola, que proponía eliminar a los que no pensaran como ellos", destaca.

¿UN PUEBLO VIOLENTO? Premio Príncipe de Asturias por sus libros de historia de España, Paul Preston lleva trabajando en este último volumen desde 1998, aunque reconoce que sus publicaciones anteriores le allanaron el camino. Esta vez era especial, pues el objeto de su investigación son los crímenes de guerra. Contra quienes sospechan de su mirada, el historiador avisa: "No soy el inglés que viene a decir que los españoles son un pueblo violento, porque no lo pienso".

Carmen Negrín evoca la figura del último jefe de gobierno de la República

La nieta de Juan Negrín participa hoy en Badajoz en un acto en recuerdo de su abuelo en el que se proyectará un film sobre el político

12.04.11 - 00:09 -

martes, 12 de abril de 2011

Historia de la desaparición

RICARD VINYES

Desaparecidos es uno de los resultados del proyecto fotográfico con el que Gervasio Sánchez aborda el mecanismo represivo más hiriente y complejo acontecido tras la Segunda Guerra Mundial: la desaparición forzosa. Su aproximación al tema se exhibe en estos días a través de sendas exposiciones simultáneas producidas en tres instituciones distintas y distantes, el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, La Casa Encendida, en Madrid, y el hermoso edificio del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. El material es sencillamente bueno, y los paneles que acompañan cada sección son exactos en lo que dicen y diestros en lo que miran. Para colmo, el catálogo es una maravilla útil. Nada de todo eso es frecuente, y aún menos que coincida, enlace y fusione en un solo producto destinado a reconstruir, un poco más, la historia natural de la desaparición forzosa, un fenómeno genuino en el índice de crímenes de Estado.

Si hablamos de ese tipo de crímenes, el Holocausto aparece siempre por la conmoción que provocó. Pero la singularidad del Holocausto no reside en el volumen de atrocidades y muertes, ni en la técnica utilizada, ni en la forma de proceder. Su novedad reside primero en que fue un crimen con una motivación ontológica, pues se trataba de exterminar, en sentido literal y estricto, a personas por las características de su naturaleza “racial” –los judíos, los gitanos y en otra medida los eslavos– independientemente de su credo político. La presencia y destrucción de otros perseguidos y cautivos no daba sentido al Läger, el exterminio no se había preparado para ellos, aunque ellos murieran en las mismas condiciones que los judíos y con el mismo trato y sufrimiento. La segunda característica del Holocausto fue, como nos contó Hannah Arendt, la tremenda divergencia entre la atrocidad de los crímenes y la normalidad con la que estos se producían, una divergencia que ha dejado instalado para siempre el estremecimiento y la perplejidad en el patrimonio humano.

Cuando parecía que todo estaba explorado a propósito de los crímenes de Estado, la desaparición forzosa presentó una muerte nueva y sin antecedente. Ya no se trataba de la represión tradicional –antigua, brutal y continua– sobre los dirigentes de los movimientos sociales, sino del exterminio de individuos considerados no funcionales –no aptos– para el sistema a causa de sus opciones políticas, esa era la diferencia con el Holocausto, la novedad. La desaparición forzosa desquició la concepción de la muerte que tienen la mayoría de culturas, pues al no ser ni vida ni muerte, la desaparición hizo inoperantes los marcos sociales básicos para la evocación: rompió el tiempo, el espacio y el lenguaje.

En la línea del tiempo, la muerte quedaba en suspenso y desaparecía la distinción entre pasado y presente –en realidad desaparecía el tiempo en sí mismo– generando círculos y ciclos de angustia y expectativa sin ningún límite. Era de suponer que el desaparecido estaba prisionero, pero en dónde, en qué espacio, no había ninguna posibilidad de construir una representación espacial del lugar en el que podía encontrarse cautivo, ni en qué condiciones se hallaba. El terror no procedía de la magnitud del crimen, sino de su indeterminación. El desconcierto y el pánico generados y expandidos por esta situación provocaron huecos en el lenguaje y en la transmisión de lo que había sucedido al limitar lo que podía ser contado a otros sobre el ausente y el porqué de su ausencia. Entre los afectados, todo eso obstruyó la transmisión de la historia familiar y del conocimiento en general, aunque este último es un tema largo y denso que debe ser tratado sin estropear la complejidad que contiene.

Para la desaparición se instituyeron áreas especiales escondidas a la mirada, centros clandestinos de detención donde todo era posible, incluido el final habitual: la muerte y la desaparición posterior del cuerpo en los espacios infinitos del océano y el desierto. No se trataba de una muerte en privado, sino de una muerte sin identidad, por lo que el centro clandestino no era sólo un espacio institucional de vulneración y muerte, sino de organización del olvido porque la muerte indeterminada y anónima confirmaba la inexistencia del ciudadano, era el modelo de perfección criminal soñado. Y, sin embargo, se partió el sueño, más que por la acción de la memoria, por la apelación e indagación permanente de una parte de los afectados y de esos sectores de la sociedad que se niegan a aceptar lo que es inaceptable.

Gervasio Sánchez muestra en su retrato la transversalidad de la desaparición, de este a oeste y de norte a sur, ofreciendo una información que el tiempo y el conocimiento deberán contribuir a clasificar y ordenar para impedir que una generalización del tema, inconsistente pero protegida por el dolor que causa esa forma de muerte, enturbie la capacidad para comprender el fenómeno de la desaparición forzosa. Al fin y al cabo resulta poco adecuado ubicar las fosas de la Guerra Civil española en el fenómeno de la desapa-
rición forzosa. El promotor no fue el Estado, sino militares rebeldes, fascistas, eclesiásticos y militantes de derechas nublados de odio y orgullo de clase que precisamente luchaban y mataban para limpiar y construir un Estado nuevo porque aún no lo tenían. Por lo demás, nunca escondieron la fuerza del terror que practicaban en el momento de las acciones; al contrario, alardearon de su propia violencia. Y además se produjo en el marco de una guerra convencional y civil. Pero sí es cierta una coincidencia, el daño causado es irreparable en todos, y por tanto imperdonable.

Ricard Vinyes es historiador
Ilustración de Mikel Casal

Público

lunes, 4 de abril de 2011

Homenaje a la lucha de las Mujeres

La Asociación de Amistad Hispano-Chilena Winnipeg, invita a sus socios y amigos, a participar en un Acto de Homenaje a las Mujeres, en la lucha por los derechos políticos, sociales y  en la defensa de los Derechos Humanos en España y América latina.

Proyectaremos un corto- documental sobre las detenidas-desaparecidas durante la dictadura facista en Chile.

Contaremos con la  participación de dos destacadas personalidades femeninas españolas:

Henar Corbi; Socióloga, colaboradora de varias ONG, ha desempeñado diversos cargos públicos y de representación política, fue Diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid, Asesora de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia, integrante del Movimiento por la Paz, Directora del Area de Holocausto de la Casa Sefarad del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.

Laura Arroyo; Socióloga, Dirigente sindical de dilatada trayectoria, integrante de la Ejecutiva Confederal de Comisiones Obreras (CCOO), Directora del Centro de Estudios, Investigación e Historia de Mujeres "8 de marzo" de la Fundación 1.º de Mayo.


Les esperamos el próximo viernes 8 de abril a las 19 horas en el local del Injuve, calle José Ortega y Gasset, 71

Metro: Lista (linea 4) salida José Ortega y Gasset; Manuel Becerra (lineas 2 y 6) y Diego de León (linea 5) salida Juan Bravo.

Un saludo fraternal
Asociación Winnipeg.