domingo, 27 de febrero de 2011

patricio guzmán director de cine "En Chile hay un pacto de silencio entre los militares y los gobernantes para no hablar más de los desaparecidos"

El director chileno llegó a Pamplona desde Nueva York para presentar 'Nostalgia de la luz', documental en el que vuelve a hablar de la memoria histórica desde una perspectiva nueva, la que le regaló el desierto de Atacama "una puerta hacia el pasado en un país que no trabaja su pasado"
ana oliveira lizarribar - Domingo, 27 de Febrero de 2011


Pamplona. Vuelve a Pamplona, donde en 2002 presentó "El Caso Pinochet" dentro del Festival de Creación Audiovisual de Navarra, hoy reconvertido en Punto de Vista, ¿qué sabe de este certamen?
Es un ejemplo de festival porque el equipo de programación es muy selectivo. No es una montaña de películas, sino obras muy buscadas y eso para el público de Pamplona es un regalo. Hay pocas capitales de provincia que tengan un festival tan bueno. Hay un montón de festivales de documental en los que el rigor escasea, y en este precisamente abunda.

Este año ha presentado "Nostalgia de la luz", su trabajo más reciente. ¿Qué supone esta película dentro de su trayectoria como cineasta de la memoria?
Es una renovación. Encontré una manera completamente distinta de hablar de lo mismo. Como creador, uno siempre está buscando renovarse, no quedarse en un estereotipo. Yo pienso que cada tema llama a un estilo. No eres tú el que lo eliges, sino el tema que has escogido. En el caso de Salvador Allende, era un retrato íntimo y muy personal que no te permitía ir demasiado lejos en el estilo porque lo importante era el personaje. En el caso de Nostalgia, el desierto es tan amplio, tan rico, tan espectacular, que necesariamente empiezas a tropezar con las metáforas, la poesía, el cosmos...

¿Fue duro el rodaje en el desierto de Atacama?
Es un territorio increíble. Desde luego, tuvimos que tomar precauciones, éramos solo cuatro personas y llevábamos un coche grande y preparado, en el que hay que llevar gasolina extra, parches para los neumáticos... Allí no hay cobertura teléfonica. Lo interesante es que te puedes salir del camino y meterte por otras rutas en solitario, pero si pasa algo y te pilla la noche, con el frío tremendo que hace...

Pero también sería un rodaje hermoso.
Fue enormemente agradable. La directora de fotografía entró en el tema desde el principio y me ayudó muchísimo; mi ayudante de dirección fue una maravilla, y el ingeniero de sonido, un artista. Estábamos los cuatro en el desierto y en Santiago había una persona que nos hacía las labores logísticas: hoteles, permisos, etcétera. Lo más difícil fue conseguir los permisos para grabar dentro de los observatorios. Rodamos en todos los que hay allá, pero fue difícil porque cada uno está gestionado por una institución diferente, americanas, europeas... Todas las gestiones las hizo la productora en Chile, o mi propia mujer. Ella es quien realmente se encargó de la producción, porque nadie nos ayudó.

¿No recibieron ningún tipo de respaldo económico?
¡No! Todos los canales a los que la presentamos, rechazaron la película. Insólito. Acudimos a canales como Arte, Canal +, France 2, France 3, Planète, Histoire, Icon, PBS... Televisiones de Holanda, Bélgica, Austria, Suiza... ¡Hasta quince canales de televisión! Los programadores no se arriesgan. Si llegas con una película de ballenas, te dicen que sí, pero si vas con una película como ésta, que es una reflexión filosófica, cósmica, sobre la memoria histórica, te miran como si fueras un marciano.

¿Incluso teniendo la trayectoria que usted tiene?
De nada sirve que mis películas estén en DVD en muchos sitios ni que con Salvador Allende saliésemos con 35 copias ni que haya estado siete veces en Cannes. Nada vale, no arriesgan. Los programadores atraviesan por una profunda crisis, porque por más que pongan reality shows, docudramas acartonados y películas de acción, las teles siguen bajando mientras internet sube. No saben qué hacer y lo más perjudicados somos los autores. Recuerdo que el director de adquisiciones cinematográficas de un canal nos dijo que Nostalgia no era para los cines, y resulta que ya ha hecho 55.000 espectadores, sigue en tres cines de París y ya estamos en la 17ª semana. Además, hay catorce copias en Alemania y otras seis en Suiza y Bélgica; el 15 de marzo se estrenará en un cine muy prestigioso de Nueva York y después se distribuirá en la misma red en Los Ángeles, Chicago, etcétera.

En la película funde tres mundos, el de la astronomía, el de la arqueología y el de las mujeres de Calama que siguen buscando a sus desaparecidos en el desierto. Todos ellos trabajan con información del pasado, más o menos reciente. ¿Qué importancia tiene el pasado para la vida?
Tal como dice en la película Gaspar, el astrónomo, el presente es una línea efímera que se borra soplándola. Es tan frágil... Precisamente, se puede decir que esta entrevista ya ha pasado. En astronomía, lo que ven a través de los telescopios está a millones de años luz y en estas mujeres, estaríamos hablando de que llevan 28 años de su vida buscando. Por lo tanto, el desierto de Atacama es un gran país, un gran espacio del pasado. Hay un montón de capas, la de las mujeres que buscan, la de los desaparecidos, los mineros del siglo XIX, los restos de los pueblos indígenas, las momias, los exploradores europeos que se perdieron, los conquistadores españoles que bajaron desde Cuzco y que seguramente murieron por cientos... Está todo eso y allí nada se descompone, el aire es tan seco que todo permanece para siempre. Es muy impresionante ver que los cuerpos de los desaparecidos conservan la piel y la ropa
.
Y, sin embargo, qué gran paradoja que tanto los astrónomos como los arqueólogos reciban apoyo y financiación institucional y esas mujeres, que buscan a sus seres queridos, están solas, arrinconadas. Parece que importe más el pasado remoto que la historia reciente.
Estas mujeres están completamente solas. No las apoya ningún diputado, ningún senador, nadie. En la actualidad, en Chile se ha juzgado el 40% de los casos de violaciones de los derechos humanos, pero aún falta el 60% restante. Y, además, ese 40% no ha salido adelante por la clase política, sino por el empeño y trabajo de los familiares, los periodistas honestos, los jueces honestos, las ONGs y los sectores civiles en general. Ellos lo consiguieron, fueron constantes y se plantaron una y otra vez con pancartas ante los tribunales, no los políticos, que no hicieron nada. Esto indica que hay un pacto de silencio entre los militares y los gobernantes, que no quieren que se hable más del tema, les incomoda.

Les molesta, como dice en el documental Violeta Berrios, una de las mujeres de Calama.
Sí. Ella dice que les tratan como si tuvieran lepra. Me quedé helado cuando lo dijo, y tiene toda la razón. Son incómodas para el alcalde, para la Cámara de Diputados, para el Gobierno, para la Corte Suprema, para la ley. Todos están esperando a que esas mujeres mueran. Pero se equivocan, porque sus hijos van a seguir con la búsqueda. Además, ahora hay una nueva generación de historiadores que está escribiendo la historia de Chile de otra manera, y mucha juventud, que insiste en saber lo que pasó. Hay un sector no muy grande, pero muy fuerte que exige una herencia. Ahí están también las películas, La batalla de Chile no se puede borrar, y hay una serie de realizadores jóvenes y no tan jóvenes que están tocando esos temas.

En "Nostalgia de la luz" también aparece una pareja, el arquitecto Miguel Lawner, que estuvo en el campo de concentración de Chacabuco y en otros dos centros de detención, y su mujer, Anita, que no recuerda nada a causa del Alzheimer. ¿Qué excusa tiene Chile para evitar el recuerdo?
Buena pregunta. Creo que no hay voluntad política, somos capaces de mirar miles de años atrás y no de analizar el golpe que ocurrió hace 30 años. Es tremendamente paradójico. Recuerdo que hace poco compré más de cuarenta libros de texto de primaria, secundaria y universitarios y la mayor parte de ellos no narra los pormenores de la dictadura y, por supuesto, por Allende pasan rápido. Y resulta que también compré en Alemania y en Francia dos guías turísticas que hablan más de lo sucedido. Sobre todo, hablan más claramente, porque se refieren a aquellos años como a los de la dictadura militar, cuando en los libros de texto hablan de gobierno militar.

En España también se está dando esa dicotomía entre la gente que no quiere hablar más de la guerra civil y la posguerra y quienes no pueden dejar de hacerlo porque, entre otras cosas, aún no saben dónde están sus desaparecidos.
Como dice el arqueólogo Lautaro Núñez en la película, es imposible olvidar a nuestros muertos. El caso de España se parece un poco al de Chile. Y es un drama, porque la memoria no es un concepto intelectual solamente, influye en la vida cultura, económica... La memoria dinamiza la vida de un país. Si Alemania no hubiera ajustado las cuentas como lo hizo, no sería hoy en día una potencia económica, sería un país lleno de tumores, de manchas. Allí incluso la ley castiga el negacionismo; si esto pasase en Chile, habría gente en la cárcel. Por ejemplo, El Mercurio, el principal periódico chileno, negó que hubieran existido las torturas y llegó a afirmar que los desaparecidos eran fruto de enfrentamientos dentro de la izquierda. Pero poco a poco, las cosas fueron saliendo a flote; así hasta que Pinochet fue detenido en Londres y no se pudieron ocultar los testimonios que llegaban desde allí.

Precisamente, en la otra ocasión que visitó Pamplona presentó "El Caso Pinochet", un caso que inició Baltasar Garzón. ¿Qué sintió al ver lo que le ha pasado al juez en los últimos tiempos?
Sentí una gran frustración, pensé cómo era posible que este hombre fuera expulsado del poder judicial y, en cierto modo, de España, por haberse atrevido a aclarar algunos temas difíciles como las dictaduras chilena y argentina y los miles de asesinatos de la guerra civil. Lo sucedido con Garzón perjudicó la imagen de España en el mundo, fue un grave traspié, pero se corregirá con el tiempo porque creo Garzón creó escuela y el día de mañana habrá gente que hoy es muy joven y que seguirá el ejemplo del juez.
Y hasta para ellos es paradójico, porque por esa actitud, han entrado un montón de sectas en el país. Eso les ha pasado por no estar al lado de su pueblo.

Punto de Vista programó "Nostalgia de la luz" el 23-F, ¿qué recuerdos tiene de aquel día?
Me encanta que la hayan programado ese día. Yo estaba en Madrid y recuerdo que lo vivimos con mucha angustia. Estuvimos pegados a la televisión hasta la aparición del Rey. Todos los chilenos comenzamos a llamarnos, porque si el golpe se consumaba, había que irse a otro país. Recuerdo que dos o tres días antes habíamos pasado La batalla de Chile en 16 mm en un local de un barrio con las puertas abiertas, de manera que estábamos todos fichadísimos. De hecho, sé que existe un fichero con mi nombre y fotos mías.
¿Fue aquel intento de golpe de Estado una señal de que la democracia siempre debe estar alerta?
Sí, debe estarlo y con el ojo puesto en el ejército, aunque ha sido impresionante ver cómo el ejército egipcio decidió no tirar a la multitud. Es un paso histórico y una demostración de que el pueblo árabe está maduro para ser considerado como un pueblo más y para no estar bajo el mando de estos dictadores de tercera clase apoyados por toda Europa y Estados Unidos supuestamente para impedir que el islamismo suba, como si todos los musulmanes fueran radicales.

Podría pasar que esas dictaduras fueran derrocadas una a una como sucedió en Latinoamérica.
Ojalá, y algo así pasó también en África, aunque ahí el proceso degeneró bastante. Pero yo espero que en Magreb las cosas salgan bien. El año pasado estuve en un teatro de Siria mostrando La batalla de Chile y estaba lleno, sobre todo de jóvenes. Esos países tienen sociedades que bullen, aunque no queramos enterarnos.

Al fin y al cabo, todos queremos lo mismo, ser libres, tener memoria... Igual que todos miramos las estrellas del mismo modo.
En el desierto de Atacama descubres que la galaxia es parte de nuestro mundo y que todo lo que pasa en ella nos concierne. Es nuestro barrio cósmico y es bonito tener ese punto de vista global.

noticiasdenavarra.com

Niños robados del franquismo

MONTSE ARMENGOU
Periodista y directora de documentales históricos

Cuando en 2002 estrenamos Los niños perdidos del franquismo la sociedad española se estremeció al ver que el robo de niños que habíamos llorado en el contexto de la dictadura argentina también se había producido en España. Gracias a la investigación que realicé con Ricard Belis (con la asesoría histórica de Ricard Vinyes), desvelamos uno de los pasajes más siniestros de la dictadura franquista, esa que algunos se empeñan en vendernos como light y superada por el hada buena y amnésica de la Transición.
En nuestra última investigación, el documental ¡Devolvedme a mi hijo!, hemos visto cómo los robos de niños continuaron durante la dictadura y los primeros años de la democracia. El perfil ha cambiado y la instrumentalización de la represión también. El objetivo será ahora las madres solteras y el objeto codiciado esos hijos que muchas de ellas no tuvieron más remedio que dar en adopción, atrapadas en un contexto moral, social y político que hacía impensable una maternidad en solitario. Eran unas “pecadoras” y su hijo un objeto que iría a parar a familias “como Dios manda”. A pesar de ello, fueron muchas las mujeres que tuvieron la valentía de querer quedarse con su hijos. De nada sirvieron sus ruegos; su hijo ya había sido adjudicado.
Lo que empezó siendo una terrible represión política se convirtió en una represión moral y un negocio revestido de caridad que terminó como simple tráfico de bebés. Son muchos los padres a los que se les comunicó que su hijo había muerto en el parto. Si insistían, se les enseñaba un bebé congelado, siempre el mismo, que posteriormente será reconocido por más parejas. No existe la historia clínica, el niño no está inscrito en el registro, no hay certificado en el cementerio. ¿Donde está ese niño?
Nuevamente la justicia española ha hecho gala de lo contrario y el fiscal general del Estado no ha aceptado la demanda conjunta de los afectados, como antes tampoco lo aceptó la Audiencia Nacional. Aunque un fiscal especial coordinará la investigación –un logro al que no es ajeno la insistencia de los afectados y el estreno del documental–, entre las víctimas hay desazón y también desunión. Incluso hay algunos que se han querido desvincular de eso tan feo y peligroso que se llama “memoria histórica”. Así lo han exhibido en unos carteles que, a falta de poder poner rostro a ese desaparecido, decía: “No somos memoria histórica”. Algunos afectados, en su dolor y desconocimiento, dicen que su hijo fue robado después de la muerte del dictador, en plena democracia, como si el dato cronológico significara la liquidación automática de unas estructuras que precisamente fueron las que propiciaron esos robos. Uno de esos instrumentos que perduró hasta el año 1999 fue el llamado parto anónimo, que permitía a las madres ocultar su identidad al dar a luz. Lo que debía proteger la intimidad de esa madre terminó siendo la puerta de muchas apropiaciones. La madre nunca podría reclamar a su hijo, el hijo nunca tendría una pista de quién era su madre biológica. A menudo la jugada se completaba con una inscripción falsa: la madre adoptiva constaba como madre biológica.
El franquismo sigue venciendo y cuando las víctimas se desvinculan de la dictadura se expresa una doble tragedia: no entendemos que muchas de las injusticias a las que nos enfrentamos hoy día arrancan de la dictadura y se han perpetuado en democracia. Sigue siendo más digerible pensar que unos señores muy malos robaban niños en vez de contextualizarlo en un sistema político y religioso que favorecía, alentaba y encubría esos robos. Es más fácil culpar a una banda de traficantes que a una dictadura. Se piensa que se puede obtener un mejor resultado judicial acusando a unos determinados médicos que a un Estado. Muchos afectados, en su deseo de encontrar al ser querido, se imponen la práctica idea de que, si una persona culta e influyente como el juez Baltasar Garzón ha terminado sentado en el banquillo por denunciar el robo de niños a sus madres presas en los años 40 y 50, ¿cómo no pueden terminar ellos, simples trabajadores, gentes sencillas, cuando denuncian las desapa-
riciones de los años sesenta, setenta y ochenta? No, no, mejor desvincularlo.
Pero da igual. Tampoco les van a hacer caso. Porque sí, seguimos hablando de franquismo y eso no se toca o te salpicas. Porque, aunque no hubiera un plan diseñado y planificado de robo y adopciones de niños que engordaban conciencias y bolsillos, los que manejaban esas redes que se aprovechaban de la vulnerabilidad de las madres eran los de siempre: monjas, capellanes, médicos, notarios, jueces… Todos ellos pertenecían a unas clases dominantes muy bien conectadas con el poder, amparadas por el régimen y por la impunidad que los protegían. Unas clases que hoy ejercerán su influencia impidiendo la verdad, justicia y reparación de las víctimas. El primer paso ya se ha dado, intentando desactivar la carga de profundidad que significa vincular estos robos con el franquismo. Así, en el supuesto de que se llegue a juicio, no habrá condena porque el delito habrá prescrito. Claro, muy distinto que interpretarlo como delito de lesa humanidad, secuestro continuado. Porque eso es lo que fueron esos cambios de destinos que imponían los que se creían dioses. Y esos delitos no prescriben.
Como ya ocurrió en nuestra primera investigación, será muy difícil obtener pruebas que atesoren que esos robos eran parte del proyecto del Estado franquista. Pero, aunque nos falte alguna pieza del puzle, la imagen es diáfana. Para quien la quiera ver, claro.
Montse Armengou es periodista y directora de documentales históricos
Ilustración de Iker Ayestaran

Público

sábado, 12 de febrero de 2011

Inician la demolición de la ex Clínica London, vinculada a violaciones a los DD.HH.

Inician la demolición de la ex Clínica London, vinculada a violaciones a los DD.HH.

Jueves, 10 de Febrero de 2011 12:30 Colaboradores
clinicalondon300

Alertados por vecinos del barrio, hemos comprobado el triste espectáculo de la demolición de la Ex - Clínica London, ubicada en Almirante Barroso 76, en plena Zona Típica del Barrio Yungay, y autorizada por la institución que vela por el patrimonio del país, el Consejo de Monumentos Nacionales.

El inmueble corresponde a la denominada “Clínica London”, consignada en el Informe Rettig y lugar relacionado al asesinato del ex - Presidente Eduardo Frei Montalva, caso que hace dos días fue nuevamente puesto en la opinión pública, al presentarse una querella por parte del Presidente Sebastián Piñera.

De acuerdo al documento oficial del Consejo de Monumentos Nacionales, ORD. Nº 4359/09, firmado por Oscar Acuña Poblete, Secretario Ejecutivo, y fechado el 19 de octubre de 2009 se señala a la empresa propietaria “Inacap Sede Santiago Centro”: Respecto al inmueble de calle Almirante Barroso Nº 76-78-80, se aprueba la demolición. El 30 de septiembre de 2009 Rosemarie Bornand Jarpa, Secretaria Ejecutiva del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior en la administración Bachelet, sólo recomendó una propuesta de elemento conmemorativo en relación a los hechos vinculados a los DDHH allí ocurridos.

Patricio Herman, presidente de Defendamos la Ciudad manifestó: "es inaceptable que por motivos sólo mercantiles se esté demoliendo un inmueble patrimonial. Esta casa está protegida por la Ley Nº 17.288, bajo la categoría de Zona Típica y se encontraba, antes de la irrupción de las picotas, en un excelente estado de conservación, careciendo de daño estructural, motivo por el cual es injustificable que el Director de Obras de Santiago haya aceptado la solicitud de su dueño para demolerla. El artículo 30º de la mencionada ley dice que para hacerse construcciones nuevas o para ejecutarse obras de reconstrucción o de conservación se necesita la visación del Consejo de Monumentos Nacionales. Naturalmente tales construcciones nuevas se ejecutan en sitios eriazos existentes en las zonas típicas. La ley no dice que en las zonas típicas se pueden demoler los inmuebles allí insertos, por lo tanto esta demolición que estamos presenciando es abiertamente ilegal. Ahora esperamos que las instituciones públicas funcionen para detener este nuevo hecho a consumarse".

Frente a esta grave situación, Rosario Carvajal, Presidenta de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, señaló: ”la demolición significa atropellar la voluntad de miles de personas que acompañaron la solicitud de Zona Típica del Barrio Yungay, se atenta contra la memoria y la lucha por la verdad y la justicia que ha llevado adelante la sociedad chilena y principalmente las organizaciones de derechos humanos. No basta con sólo poner un elemento conmemorativo en la nueva edificación, se necesita de una política nacional de recuperación y preservación patrimonial de todos aquellos lugares que son parte de una historia que no queremos que se vuelva a repetir. La materialidad del lugar es el mejor ejemplo para que las nuevas generaciones puedan entender lo que significó, en su contexto, las graves violaciones a los derechos humanos ejecutadas por la dictadura militar. Borrar el edificio es borrar la historia, es borrar el derecho a la memoria”.

La destrucción total, que realiza la empresa propietaria “Inacap Sede Santiago Centro”, con aprobación del Consejo de Monumentos Nacionales y la Secretaria Ejecutiva del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior de la anterior administración, es un pésimo precedente para el futuro de nuestro país.

ANTECEDENTES

La clandestina Clínica London, funcionó como recinto dependiente de la DINA y está acreditada en el Informe Rettig, vinculada a diferentes hechos de tortura. En ella, no sólo se atendía el personal del organismo represivo de la dictadura de Pinochet, sino también a algunos prisioneros que comenzaban a colaborar, a detenidos que se encontraban moribundos producto de la tortura, para que fueran “recuperados” y los agentes represivos pudieran continuar con sus interrogatorios. Por esta clínica clandestina pasaron cientos de detenidos, muchos de los cuales hoy se encuentran desaparecidos o fueron ejecutados posteriormente por la DINA. Este recinto, además aparece relacionado al asesinato de Eduardo Frei Montalva, pues allí se desempeñó el grupo de médicos que trabajaba en la Clínica Santa María, cuando se operó al ex Presidente. La Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales junto a Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay hicieron la denuncia frente a este caso en Enero de 2010, situación que entre otras, provocó la solicitud de renuncia del Secretario Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales del anterior y del actual gobierno, Oscar Acuña.

viernes, 11 de febrero de 2011

Sumando Peras y Manzanas (O las condenas a los Milicos) Domingo, 30 de Enero de 2011 16:48 Diego E. Barahona E-mail Imprimir PDF


Cuando empecé el cuarto de humanidades, hoy segundo medio, en la primera clase de álgebra el profesor nos explicó que no se pueden sumar pera con manzanas y ese principio lo repetí miles de veces, tanto en la secundaria cuando enseñaba en ese nivel, como en la universidad los años posteriores. Sin embargo, esto traducido a la justicia chilena pareciera ser que es una cosa común, y eso es algo, que por lo menos para mí, y para cualquiera con sentimientos de justicia, imposible de entender.


En la Nacion.cl leí (Enero 29 del 2011) que los jueces que están trabajando con juicios en DDHH acaban de dictar una condena por (la) matanza de campesinos en Chihuío. Textualmente la noticia dice que “ En fallo dividido, la Corte Suprema dictó sentencia en la investigación en el proceso conocido como caso Chihuío, correspondiente a los crímenes de 17 personas durante la dictadura de Augusto Pinochet. Los trabajadores asesinados el 9 de octubre de 1973 pertenecían al Sindicato Campesino La Esperanza del Obrero del Complejo Agrícola y Forestal Panguipulli. En esta causa fue condenado el oficial de Ejército en retiro Luis Alberto Osorio Gardasanich, quien recibió una pena de 10 años y un día de presidio por su responsabilidad como autor de los 17 homicidios calificados, en tanto, el oficial de Carabineros en retiro Luis Eduardo Osses Chavarría, fue sentenciado a 3 años y un día de presidio por su responsabilidad como cómplice de 4 de los 17 secuestros calificado.”

Si en nuestro paisito un hombre se roba una gallina y lo pillan, el pobre va a tener que pasar cinco años y un día en la cárcel, o como el caso del pobre tipo que entro a robar a la casa de Frei y por robar no se que chucherías está cumpliendo 5 años de condena en la cárcel, o de aquel pobre estudiante que trabajaba vendiendo discos piratas y murió quemado en la cárcel de San Miguel. Por otro lado tenemos el caso del sátrapa, con abogado el conocidísimo Pablo “con H” Rodríguez, fundador de Patria y Libertad (y a quien el dictador le dio una patada en salva sea la parte para contar con el potijunto de Guzmán como asesor, padre de nuestro sistema “democrático”) quien sin cobrar un peso se hizo cargo de la defensa de Pinochet y con toda clase de argucias consiguió que ni se le tocara, y tengan por seguro que no utilizó ni una quinta parte de todas las mañas que conoce (así es como se conoce a un buen litigador). Esa es la razón porque los que tienen dinero no van presos, como tan acertadamente dicen en México: a la cárcel solo van los pobres y los pendejos”.

Bueno ahora hagamos la cuenta y veamos cómo podemos sumar peras con manzanas, porque de poderse, se puede. 10 años y un día por matar a 17 campesinos, ignoremos el día, 10 años son 520 semanas, divididas por el número de asesinatos, digamos que corresponden a 30 semana y media por cada crimen, Por otra parte, si por robar una gallina te dan cinco años tenemos que una gallina cuesta 260 semanas, es decir que matar un campesino es aproximadamente un poco más de una décima parte por la condena de asesinar, lo cual implica que si secuestro a una gallina y le corto un muslo, me van a dar de cárcel lo mismo que si matara a un campesino. Esta es la democracia en que vivimos, esta es la democracia que la Concertacion trató de vendernos, esta es la democracia de la Alianza. Con amigos como estos, no necesitamos enemigos, y con justicia como la chilena la verdad que todo es posible, probablemente forma parte del paquete “justicia en la medida de lo posible” que tan acertadamente fue enunciada por Aylwin.

Finalmente mi sincero homenaje a los compañeros alevosamente asesinados por el ejercito siempre vencedor y jamás vencido.La siguiente es la nómina de víctimas en el caso Chihuío: Carlos Maximiliano Acuña Inostroza, José Orlando Barriga Soto, José Rosamel Cortés Díaz, Rubén Neftalí Durán Zúñiga, Luis Arnaldo Ferrada Sandoval, Eliecer Sigisfredo Freire Caamaño, Narciso Segundo García Cancino, Juan Walter González Delgado, Daniel Méndez Méndez, Sebastián Mora Osses, Pedro Segundo Pedreros Ferreira, Rosendo Rebolledo Méndez, Ricardo Segundo Ruiz Rodríguez, Carlos Vicente Salinas Flores, Manuel Jesús Sepúlveda Sánchez, Rubén Vargas Quezada y Fernando Adrián Mora Gutiérrez.

Diego E. Barahona

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Surrey, B.C.

París reúne a la gran familia de 'La retirada'

Un autorretrato intimista de tres generaciones homenajea a cientos de miles de refugiados republicanos en Francia

ANDRÉS PÉREZ CORRESPONSAL 05/02/2011 08:00

Miles de creaciones artísticas, literarias y de ensayo retratan el exilio y lo que en París se sigue llamando la "Guerra de España". Pero, por primera vez, una exposición se concentra en la memoria íntima y familiar, en el autorretrato de tres generaciones y de lo que vivieron a consecuencia de La retirada. Se trata de la pequeña, simple, y magnífica muestra Compromiso en el exilio. Una familia de republicanos españoles, que estará abierta hasta el 26 de junio.

Lo que se ve en la sala del Museo Jean Moulin de París no es sobrecogedor, no es una exposición de guerras y horrores. Son simplemente las obras de dos artistas franceses de mediana edad que, ahora, emprenden un trabajo de memoria: son Gloria y Serge Castillo, hermanos e hijos de una pareja de republicanos españoles que, como otros 400.000 aproximadamente, huyeron a Francia tras la derrota.

"El objetivo son los chavales: la historia continúa y muchos niños sufren hoy"
En ese trabajo de memoria bucean en los recuerdos de lo que su padre dijo o no dijo, ese soldado desconocido que llegó en su día a ser miembro de las unidades de sabotaje de la República, antes de ser resistente antinazi en Francia y ser internado por la Gestapo. Bucean también en ellos mismos. Y luego lo proyectan en escenas familiares de la tercera generación. Los nietos de los combatientes, chavales rubios que, en las escenas banales, visibles en la exposición, representan lo que ha costado esa normalidad y esa felicidad.

"Es un itinerario de redescubrimiento que emprendemos desde 2006", explica Gloria Castillo, autora de los óleos de la exposición, de la misma forma que su hermano es autor de las esculturas. Y es que ese año, el hoy Memorial del Campo de Rivesaltes (sureste de Francia), donde fueron internados muchos refugiados a partir de 1940, les pidió unas obras. A partir de ahí, la tapa de la olla se destapó.

Ajedrez con el nieto

La muestra se compone de óleos, esculturas y vídeos familiares
"Hacer ese trabajo de memoria familiar es rendir homenaje a todas esas gentes de la retirada", explica Gloria Castillo. En las esculturas, en forma de simples figuras de arcilla, sin color, pero llenas de humanidad, dignidad y hasta de simpatía, de chavales andando y decididos a comerse el mundo. En los óleos, donde la tierra y la ciudad bombardeada y atacada por la maquinaria de guerra sigue viva y llena de colores. En un filme, donde las escenas en las que el entrañable abuelo cuenta lo que vivió alternan con simples momentos de familia del siglo XXI: una cena de Navidad; una partida de ajedrez con su nieto; un plano fijo con los chavales haciendo el gamberro.

En la sala del museo pasan grupos de colegios franceses. Se sientan y escuchan a los profesores. Una maestra explica. "Tras la crisis de 1929, y como en cada crisis, dirigentes y políticos utilizaron el odio para poder gobernar". Los chavales miran las estatuas. Los brazos se levantan para responder: "¿Quién atacó la democracia española?". Respuesta: "Hitler, Mussolini y Franco".

"Nuestro objetivo es dirigirnos a estos chavales. Sabemos que la historia continúa, que hay muchos niños que sufren hoy, y ellos sienten muy fuerte las obras de la exposición", explica Gloria Castillo. Y añade: "El libro de oro de la exposición te golpea el corazón. Un niño escribió: Gracias, Gloria. Firmado: Bechir". Bechir ahora sabe que el soldado desconocido se llamaba Francisco Castillo Guerrero, que sobrevivió a los franquistas y a los campos de exterminio nazi. Y que, con sus heridas, fue capaz de vivir riendo y dando vida en Francia. La historia continúa.

Público

martes, 8 de febrero de 2011

Convocatoria: EXPOSICIÓN SOBRE LOS DESPARECIDOS y MESAS REDONDAS

Acompañando a la exposición de Gervasio Sánchez sobre los desaparecidos en diferentes países del mundo se van a celebrar dos conferencias para tratar el tema.

Miércoles, 9 de febrero de 2011 a las 19.00

Jornadas “Desaparecidos” Mesa redonda con 

Viviana Díaz, ex presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Chile; 
Luis Fondebrider, director del Equipo Argentino de Antropología Forense, y 
Susana Navarro, psicóloga social. Modera: Gervasio Sánchez.

Jueves, 10 de febrero de 2011 a las 19.00

Jornadas “Desaparecidos” Mesa redonda con 

Luis Ríos, docente de Antropología en la Universidad Autónoma
de Madrid; 

Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, y 
Hernando Valencia, profesor de la Universidad de Syracuse. Modera: Gervasio Sánchez.

La Casa Encendida, Ronda Valencia, 2 (Madrid)